Conversaciones sobre estrategias del proyecto Millennium

Por Mario Boada

.Esta columna parte con la convicción de que las conversaciones sobre estrategia deben transformarse en acciones. Por eso la relevancia del constructo «conversACCIONES».

Cuando estamos expuestos a una sobredosis de diagnósticos y de propuestas formales, se levantan alertas cada vez que los planes quedan atascados en intenciones y los hechos quedan relegados o postergados.

Lo que preocupa es la cantidad de explicaciones y barreras que impiden ejecutar los acuerdos y las conclusiones.

Lo que sorprende es la limitada capacidad de compromiso para transformar las conversaciones en acciones eficientes y productivas.

Dicho lo anterior, hago referencia en esta columna a un temario acotado, asociado a desafíos y estrategias en los entornos tecnológicos-educativos-laborales, planteados en el Proyecto Millennium, con visión de largo plazo en un horizonte al año 2050. Una agenda con tareas ambiciosas que ha sido revisada y validada por cientos de expertos en tendencias y escenarios de muchos países.

Veamos parte de esta agenda:

  • – Asegurar la flexibilidad del sistema educativo.
  • – Impulsar programas educativos centrados en competencias STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
  • – Estrategia de implantación nacional en ciencia y tecnología.
  • – Apuesta por la ciberseguridad.
  • – Apostar por un concepto de “tecnología humanista”, como gran motor de la 4ª revolución industrial.
  • – Impulsar unos contenidos tecnológicos, basados en la singularidad y la diversidad cultural.
  • – Extender los sistemas de apoyo al autoempleo y el emprendimiento, y fomentar los ecosistemas conectados.
  • – Replantear los modelos de protección social promoviendo esquemas de “flexi-seguridad”.
  • – Desarrollar modelos de formación a lo largo de la vida.
  • – Redefinir los valores éticos de las organizaciones y las personas.
  • – Desarrollar competencias digitales a nivel general y competencias analíticas clave.

 

Estas referencias temáticas tienen el propósito de enmarcar los alcances que implica la tarea de cerrar brechas entre estrategias y acciones para enfrentar adecuadamente dos procesos tecnológicos disruptivos de impacto transversal a nivel global: la digitalización y la automatización.

Sobre estas dos tendencias y a modo de aclaración, es importante consignar que la llamada «transformación digital» es un concepto que tiene más ruidos que señales y que se repite y amplifica -con muchas confusiones- en la academia, en las empresas, en organizaciones sociales y en el Estado.

En un primer esfuerzo de disección semántica de la «transformación digital», es importante distinguir dos dinámicas que no siguen cursos complementarios; más bien avanzan por carriles con características distintas, según lo que permiten los flujos y velocidades propias de cada una.

Por una parte se detecta y reconoce -sin mucha discusión- que la dinámica tecnológica de digitalización y automatización tiene un avance acelerado, exponencial. Por otra parte -con menos claridad- se enfrenta la dinámica de adopción y adaptación humana, que sigue un curso lineal y por capas de lenta apropiación social.

La brecha entre ambas dinámicas -tecnológica y cultural- genera ansiedad, incertidumbre, temor y muchas veces, frustración.

Las conversACCIONES y los compromisos para asumir y enfrentar las tendencias mencionadas determinan los avances y logros en las hojas de ruta hacia la nueva sociedad del conocimiento-en-red, en plena gestación. Un primer paso es el salto consciente desde las estructuras establecidas hacia los nuevos hábitats tecnológicos, en fase actual de creación e instalación. Se trata de soltar amarras educacionales-culturales, ancladas en el siglo XX y desplegar velas de innovación para aprovechar las corrientes, a veces turbulentas, que caracterizan la actual Revolución Industrial 4.0.

En una frase sinóptica podríamos concluir que las inevitables olas de disrupción digital exigen una transformación cultural (personal, profesional y organizacional) donde el auto-aprendizaje permanente, el desarrollo de la inteligencia colectiva y el trabajo colaborativo en red, son piezas fundamentales para navegar con viento a favor en este mar agitado del siglo XXI.

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MARIO BOADA  Profesor de Habilidades Cognitivas y Comunicacionales
Universidad Adolfo Ibáñez – Universidad Federico Santa María
Editor de Contenidos – Nuevas Señales, Canal13

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